Osibisa - Woyaya [1971]

Aún no tengo claro cuando ni porqué me dio el arrebato. Quizás fue la resaca mundialista y la añoranza al encantador sonido de las vuvuzelas, o un canto de sonido africano al sol que no termina por adentrarse en estas tierras norteñas de entresol y calabobos. Y es que como estos chicos, que se acogieron a la ciudad de la niebla y la lluvia para dar en el 71 este disco multicultural, os traigo el sonido que me acompaña en mi aturdimiento matinal.

Endeme ahí rebuscando entre mi escasa colección de plásticos negros, sacada de un tiempo y ganas preciosos por cotillear en los cajones de las tiendas de compra y venta de la zona, y un limitado presupuesto para este insulso vicio, antaño destinado a la compra de compactos y que ahora tras mi ruptura con tipo (lo siento pero no me aportas nada nuevo, siempre las mismas putas mierdas [no malgasto cualquier oportunidad/momento/ocasión que se me presente para usar mi adjetivo calificativo favorito]) efectúo en ocasiones dispares para artistas que se lo merecen, a modo de gratitud por su tiempo y dedicación.

Al grano, que tengo atormentados a los vecinos, pero que se jodan, si no valoran esto es que tampoco lo merecen como decía el gran Ivan Nieto. Mierda, necesitaba desgarrar estas frecuencias sonoras en algún sitio y estos lares han sido los elegidos para la ocasión, si no quiere usted escuchar historias de melómanos pretenciosos saltese el párrafo y juzgue usted mismo...

Con un choque de contrastes, ya sea por la época estival en la que acontecemos o por el sonido vivo y cálido que nos va a deparar el resto del disco, el comienzo de la intro es oscura... se avecina la tormenta, pero este jodido chamán no sabe que mierda se va a encontrar cuando empieza viendo elefantes rojos volando y una lagartija diabólica en su recepción, todo en sintonía con los elefantes rosas que nos inundan la cabeza con cierta frecuencia. Suenan los timbales y ya estás dentro, Beautiful Seven, Teddy Osei nos introduce a golpe de flauta y canto, el ritmo se aviva y ya hemos cambiado de aires, rock, funk, jazz; el R&B africano en perfecta fusión y sintonía a la que Y Sharp no le sobra nada, el saxo, la guitarra, el bajo... todo funcionando a pleno rendimiento. Quizás se echen de menos más voces, o quizás no, la duda queda vista para sentencia con Spirits Up Above, un coro sublime, please don't fight porque tenemos la impresión de que nos iniciamos con un fantástico tema con tintes soul para madurar en un funky vivaz pisoteado con las teclas del piano al que le da vida Robert Bailey. Hasta la introducción visceral de Survival, con su percusión y cantos que te transporta con Lougthy y su saxo. Move On que Wendell pone toda la carne en el asador precediendo a Spartacus en Rabiatu con su bajo que sirve de préambulo al cierre, Woyaya, dando nombre al disco, catalizando las emociones, la alegría, Osibisa: criss-cross rhythms with explode with happiness.

Osibisa - Woyaya [1971]
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